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Fascinación por el cielo

Algo nuevo en los cielos:

El gran viaje de la humanidad por los océanos del aire

Antonio Martínez Ron

Crítica. Barcelona (2022). 700 p.

  • Anna Mateu

  • Jefa de redacción de la revista Mètode Universitat de València

Seguramente una de las primeras preguntas que nos hicimos como seres humanos fue lo que era y qué había más allá de aquella cúpula celeste sobre nuestras cabezas. Algo nuevo en los cielos, el último libro de Antonio Martínez Ron, nace precisamente de las preguntas que surgen de esa mirada hacia el cielo. Una mirada que, en la actualidad, a menudo se encuentra constreñida por los edificios de las grandes ciudades, pero que cuando se ve liberada de las limitaciones urbanas redescubre un espacio fascinante: observamos animales que surcan el cielo, nos maravillamos con los fenómenos meteorológicos o descubrimos en él una ventana desde la que vislumbrar nuestra galaxia. Esto es precisamente lo que le ocurrió al autor, periodista científico con gran trayectoria y varios libros de divulgación a sus espaldas, cuando fue a vivir fuera de Madrid y quedó cautivado por el cielo de los suburbios. Allí fue donde nació ese libro; la historia de lo que descubrió es la recogida en esta obra exhaustiva, de 700 páginas, detrás de la cual se esconde un enorme esfuerzo de documentación y seis años de trabajo. Un libro que habla de ciencia, pero también de literatura y de arte, porque mirar al cielo es una actividad que ha inspirado —e inspira— a la humanidad en muchas facetas.

 

 

Así, intercalando narraciones históricas y relatos más periodísticos, Martínez Ron nos va contando la historia «del gran viaje de la humanidad por los océanos del aire», tal y como reza el subtítulo, y de cómo se profundizó en el conocimiento de ese medio. Pero también nos cuenta el viaje desde el patio de su casa hasta enviar una sonda a la estratosfera (Misión Estrato-Vallekas la llamó), pasando por sus conversaciones con fuentes científicas, meteorológicas o incluso cazadoras de tormentas, sin olvidar su primera ascensión en globo. De esta forma, el libro es un gran compendio divulgativo y, al mismo tiempo, una obra de aventuras del autor y de los personajes que recorren sus páginas. Personajes que se lanzaron a la exploración de los cielos antes incluso de inventarse los ingenios voladores y tuvieron que hacerlo de la única forma posible en aquella época: subiendo a las montañas y desplegando allí mismo sus laboratorios. Fue el caso de Horace-Bénédict de Saussure, que en el siglo XVIII transportó toda una serie de termómetros, barómetros, higrómetros y otros artefactos de medida hasta la cima del Mont-Blanc, a 4.810 metros de altitud (eso sí, acompañado de su mayordomo y de 18 guías, sin los cuales la hazaña no hubiera sido posible). Exploradores que se enfrentaban por primera vez a efectos de la falta de oxígeno a grandes altitudes –—lo que provocó no pocos accidentes tal y como recoge el libro (algunos con resultado de muerte)— y que lo desconocían todo del medio aéreo: ¿Hasta qué altitud se pueden encontrar seres vivos? ¿Cuál es la composición de las nubes? ¿De qué color es el cielo?

 

Algo nuevo en los cielos es un libro que contagia la emoción y el entusiasmo de quien aprende y descubre a lo largo del viaje, por lo que es fácil conectar con el autor durante la lectura, ya que nos hace partícipes de todo este proceso hasta el punto de compartir con nosotros parte de la documentación y bibliografía histórica mencionada en el libro (a la que se puede acceder a través de la página web de Divulgameteo). Todo esto, y la prosa y estilo del autor, hacen que sea fácil enfrentarse y engancharse a la lectura de estas 700 páginas, a pesar de contener una gran cantidad de información y datos. Seguramente, el entusiasmo del autor está detrás de esta abundancia de temas tratados, que podrían agobiar a los lectores si no fuera por el estilo narrativo que predomina en el libro y que hace que nos enfrentemos al texto casi como si se tratara de una novela. Desde los inicios de la investigación atmosférica y el desarrollo de la meteorología, el libro repasa también la historia de la exploración de los cielos, las primeras ascensiones en globo, los inicios de la aviación (no faltan los hermanos Wright, pero tampoco otros míticos aviadores como Antoine de Saint-Exupéry) y, por supuesto, la exploración espacial. También transitan figuras clave de la historia de la ciencia como Charles Darwin, Francis Galton, Alexander von Humboldt o Benjamin Franklin; de la historia a secas, como Cristóbal Colón; o artistas y poetas, como Durero, Magritte o Federico García Lorca. La respuesta sobre qué tienen que ver todos estos personajes con el cielo la encontrarán en el libro.

 

Algunas de las reseñas que se han publicado sobre esta obra han destacado la dificultad de encuadrarla dentro de un único género, porque, como hemos visto, Algo nuevo en los cielos no es solo un libro de divulgación, sino también una obra de historia y de historia de la ciencia, una crónica de viajes y un libro de aventuras. Un texto escrito cuidadosamente, para disfrutar y saborear con calma. Y lo que está claro es que después de leerlo no podrá evitar mirar arriba y compartir con el autor la fascinación por los cielos.


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